Francisco Gutiérrez - 28/11/07
Cuando escuché por primera vez que se estaba armando la Primera Marcha por la Diversidad Sexual en León, tuve mis dudas: ¿qué queremos demostrar? ¿Quién dirige y hacia dónde la dirige? ¿Alguien nos escuchará? ¿Seremos respetados y respetaremos a los que desde la banqueta nos miren? ¿Cómo se controlará una turba de gente o en caso dado, habrá gente? Preguntas, preguntas, preguntas… debates, críticas, inconformidades y ánimos levantados fueron y vinieron de boca de mis amigos, conocidos y los no tantos. Ayer a las 6:30pm decidí aunarme al contingente de cientos (según el periódico, pero yo digo que miles) de personas (aclaro no diré homosexuales porque antes que el género somos personas)… daban las 7:00pm y justo atrás de las oficinas centrales de Banamex el convoy comenzaba a iluminar el camino.
Entre pancartas que rezaban el apoyo a la diversidad, la presencia de familias amorosas con sus hijos gays, la exigencia del respeto a los derechos de todos, la creación de conciencia de una sociedad que poco a poco abre su mente… entre tacones, lentejuelas, plumas… entre travestidos, bisexuales, lesbianas, trasgeneros, buchonas, closeteras, banqueteras, leather… entre oficinistas, doctores, abogados, estilistas, cargadores, locutores, artistas, albañiles, sexoservidores, maestros, masajistas, deportistas, consultores, comerciantes… entre hombres, mujeres, niños y niñas, alzamos la voz para ser escuchados, marchamos a paso firme, celebramos el día a día de nuestra existencia, y exigimos en paz ser respetados.
El convoy que empezó con unos cientos, fue ensanchándose conforme avanzaba y recorría los recovecos que la comunidad ha hecho suyos (la calzada, el jardín de los niños héroes, el arco, el buñuel, las esquinas de la madero, el G*bar) hasta convertirse en casi miles de personas que al unísono cantaban “Todos me miran”, “A quién le importa” o “Criticar por criticar” o que intercalaban con voces de: “Norberto Rivera, ya vístete de güera”, “No hay libertad política, si no hay libertad sexual”, “Derechos iguales para lesbianas y homosexuales” o la invitación al público para unirse a la marcha “El buga consciente, se une al contingente”.
La marcha agarró fuerza, ni los obstáculos de la reparación del adocreto del centro histórico impidieron el pase directo al atrio de la Casa Municipal. Para este momento mis dudas sobre si seríamos escuchados no existían ya: la gente que observaba con dudas desde las banquetas comenzaron a aplaudir, a apoyar, en vez de ofender y atacar… el propósito estaba comenzando a cumplirse. Pero no fue hasta la Plaza Principal que comprendí aún más la apertura que comenzaba a suceder, la gente guardó silencio y escuchó, el comité no trató de ser escuchado a la fuerza, la gente respetó a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad, las familias saludaban a todos y se acercaban para platicar con las personas… no sé si estaría emocionado con la marcha y vi que todo se llevó en paz, no sé si el furor me cegó… pero creo, que la gente escuchó, que nuestro punto fue expuesto, que nuestra presencia fue notada y anotada, y ante todo, creo que empezamos a unirnos por primera vez como una verdadera comunidad.
***UNA NOTA FINAL, REGRESÉ POR EL MISMO CAMINO POR DONDE MARCHAMOS Y AFORTUNADAMENTE LAS CALLES PERMANECÍAN LIMPIAS, NO CABE DUDA HUBO RESPETO!!! EXIGIMOS LO MISMO!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario